Colombia y Venezuela: nuevas oportunidades
El gobierno liderado por Nicolás Maduro y el de Gustavo Petro han dado pasos acelerados hacia la normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales que se habían tornado complejas y tuvieron un último punto de inflexión en 2019 cuando la administración venezolana las había roto.

Venancham en #ArtículosVAC, analizó y reflexionó sobre los consejos y las acciones que tienen que tomar los nuevos inversionistas con la reapertura de las relaciones Colombia-Venezuela.
La llegada de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia el 7 de agosto de 2022 marca un hito político para esa nación por diversas razones. Ahora bien, lo que más nos interesa es el relacionamiento de la nueva administración colombiana con Venezuela y las posibles oportunidades comerciales y de negocios que se abren.
El gobierno liderado por Nicolás Maduro y el de Gustavo Petro han dado pasos acelerados hacia la normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales. Las relaciones entre ambos países han sido complejas, y tuvieron un último punto de inflexión en 2019, cuando la administración venezolana rompió las mismas por orden de Nicolás Maduro.
En este sentido, se efectuaron las reaperturas de las distintas oficinas consulares en cada país, así como la designación de los correspondientes embajadores. Por otro lado, se han hecho múltiples anuncios que parecieran encauzar las relaciones binacionales a niveles óptimos de intercambio económico.
Entre otras cosas, el presidente Petro ha sugerido la inclusión de Venezuela en la Comunidad Andina de Naciones. Por otro lado, Nicolás Maduro ha manifestado la necesidad de hacer una renovación de las relaciones de manera ordenada.
En la mesa hay diversos retos para la generación de los planes binaciones de inversión privada. Es muy importante mantener una perspectiva clara de la historia reciente de ambos países y cómo ese tema específico puede afectar el clima de inversión en ambos sentidos.
Por ejemplo, Colombia ha mantenido una presencia de liderazgo en la Comunidad Andina de Naciones y una política de acercamiento (diplomático y comercial) con el mundo occidental, que le ha permitido adaptar su marco legal a las exigencias del mundo moderno.
Lo expuesto, tiene como piedra angular el proceso de pacificación del conflicto armado que vivió ese país por más de 60 años, lo cual permitió la atención de las políticas públicas a otros temas esenciales para el desarrollo económico y social. Por otra parte, es conocida la muy agitada historia venezolana de los últimos 20 años.
En este sentido, Venezuela se ha convertido en una jurisdicción altamente regulada, donde su principal motor de desarrollo económico, i.e., el petróleo, se ha visto mermado por distintas circunstancias.
La crisis venezolana, ha propiciado un micro ecosistema que ha obligado a los actores económicos a reinventarse, teniendo el concepto de emprendimiento como idea central del desarrollo y bienestar. En Venezuela ya no es el Estado el principal protagonista de la economía privada.
Lo anterior, sumado a los recientes cambios que parecen darse en la política económica del país, procuran una masa crítica interesante que con los alicientes adecuados podría disparar una espiral de crecimiento para Venezuela.
Es evidente que 20 años de relaciones complicadas y marcadas por una beligerancia diplomática extrema han hecho mella en ambos países. De alguna manera, la historia de ambas naciones transitó capítulos muy diferentes. En este sentido, lo que los inversionistas colombianos recuerdan de la era previa al año 2001, quizás no sea exactamente lo que encuentren.
La modernidad abrazada por Colombia en los recientes años representa un reto esencial para los capitales venezolanos, lo cuales han tenido que enfrentar circunstancias tan anormales que proponer inversiones en entornos de «normalidad» podría representar un reto importante. Adicionalmente, no se puede descartar el factor de la emigración venezolana y lo que esto representa para ambos países con respecto a la contratación de personal calificado y el efecto de esto en el mercado laboral.
En Venezuela hay nuevos actores económicos que ha surgido durante los últimos 20 años y es muy importante entender cuál podría ser su rol en el diseño de nuevas inversiones desde Colombia hacia Venezuela. Adicionalmente, la crisis de servicios públicos y el desgaste de la economía petrolera genera una ventana de oportunidad interesante para el planteamiento de grandes proyectos (energía, telecomunicaciones e infraestructura) de la mano de entes multilaterales de financiamiento.