Migración inversa en Colombia: un nuevo desafío humanitario

En un giro inesperado de la dinámica migratoria, Colombia se enfrenta a un fenómeno creciente: la migración inversa. Cada vez más personas ingresan al país a través de las fronteras, particularmente desde Panamá hacia la región de Capurganá, en Chocó. Según la Defensoría del Pueblo, entre el 15 de enero y el 28 de febrero de 2025, ingresaron 1.885 migrantes, con un promedio diario de 84 personas.
Este flujo migratorio revela una nueva realidad: el 56% de los migrantes son hombres, el 25% mujeres y el 19% son niñas, niños y adolescentes. La mayoría de ellos se dirigen hacia Necoclí, Antioquia, buscando rutas más seguras o intentando retornar tras experiencias fallidas en otros países.
Vulneraciones y Riesgos
Durante la segunda reunión de implementación del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, realizada en Santiago de Chile del 18 al 20 de marzo de 2025, la Defensoría del Pueblo expuso las preocupantes brechas en la protección de los derechos de los migrantes. Entre los riesgos más alarmantes, destacaron:
- Tráfico de migrantes y trata de personas: Los migrantes enfrentan extorsiones, desapariciones, homicidios y naufragios. Además, grupos armados ilegales los utilizan para actividades ilícitas o los someten a reclutamiento forzado, especialmente a niñas, niños y adolescentes.
- Falta de verificación de parentesco: La ausencia de mecanismos eficaces para comprobar la relación entre los menores y sus acompañantes eleva el riesgo de trata y explotación infantil.
- Barreras administrativas y de acceso: Los migrantes enfrentan trabas para acceder a servicios esenciales como salud, educación y empleo. Los retrasos en los trámites de regularización y el desconocimiento de los procedimientos limitan sus oportunidades de integración.
Llamado a la Acción
Ante esta crítica situación, la Defensoría del Pueblo ha instado a los gobiernos de los países de origen, tránsito y destino a coordinar esfuerzos para proteger a las personas en movilidad. Entre sus recomendaciones se destacan:
- Establecer protocolos efectivos para la búsqueda de personas desaparecidas.
- Implementar mecanismos de denuncia accesibles, incluyendo opciones digitales y líneas de atención multilingües.
- Fortalecer la gobernanza migratoria, garantizando retornos dignos y seguros para quienes desean regresar a sus países de origen.
La migración inversa en Colombia no solo expone una nueva cara de los flujos migratorios en la región, sino que también subraya la urgencia de garantizar los derechos humanos y la protección de las poblaciones vulnerables que emprenden estos peligrosos caminos. La coordinación internacional y el compromiso humanitario serán esenciales para enfrentar este reto emergente.