Oficial de Migración Colombia estaría involucrado en tráfico de migrantes en el Tapón del Darién; le formularon cargos

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migrante en capurgana

Didier Orlando Palacios Pinilla, oficial de Migración Colombia, habría resultado ser un cómplice del tráfico de miles de migrantes que a diario se mueven por el Tapón del Darién, frontera con Panamá, tratando de cruzar hacia Centroamérica, y en la mayoría de los casos, con destino hacia Estados Unidos.

Razón suficiente para que la Procuraduría General de la Nación lo llamara a juicio disciplinario para que responda por las irregularidades que habría cometido, siendo parte de la autoridad que se encarga de regular y vigilar la migración ilegal en Colombia.

En el auto de cargos, el ente de control detalló: “El oficial utilizó su posición y cargo para permitir la salida irregular de personas vulnerables, facilitando así las operaciones de una red trasnacional de tráfico de migrantes, en la cual habría participado”.

Las primeras indagaciones contra Palacios Pinilla darían cuenta que, aprovechando su cargo en el puesto de control marítimo del corregimiento de Capurganá, en el municipio de Acandí (Chocó), habría utilizado sellos oficiales y, al parecer, hasta falsificó documentos para facilitar la entrada al país de ciudadanos extranjeros que salieron de manera irregular a Panamá y Estados Unidos.

“Por primera vez, la Procuraduría General de la Nación formula cargos disciplinarios por ‘tráfico de migrantes’. De comprobarse los cargos, se trataría de una violación grave de derechos humanos”, indicó la Procuraduría General en un comunicado.

Ahora Didier Orlando Palacios se podrá ver enfrentado a una conducta calificada provisionalmente gravísima a título de dolo y el proceso seguirá a etapa de juzgamiento. En el año 2024, cerca de 300.000 personas cruzaron por la selva del Darién.

Organizaciones como Human Right Watch han alertado que por ese paso ilegal de migrantes por donde han transitado venezolanos, haitianos, ecuatorianos y hasta asiáticos y africanos, se presentan situaciones graves como violencia sexual, abusos y todo tipo de delitos.

“La mayoría de los abusos parecen tener lugar en el lado panameño de la frontera. Los grupos criminales emboscan a migrantes y solicitantes de asilo, los amenazan con armas de fuego, hacen que se arrodillen o se tiren en el suelo y les exigen dinero. Los miembros de estos grupos criminales suelen agredir sexualmente a las mujeres”, explicó HRW en un reciente informe.

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