Orangel Rodríguez: Un alma guajira con corazón venezolano

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Por: Linda Rondón.

Orangel Rodríguez resuena con la fuerza de la lucha social y la calidez de la hermandad entre pueblos. Nacido en Distracción, Guajira, Colombia, su vida se ha tejido entre dos tierras hermanas: Colombia y Venezuela.

Desde pequeño, la cercanía con Venezuela marcó su destino, convirtiéndola en una segunda patria que le brindó valiosas enseñanzas y oportunidades.

Su infancia transcurrió entre la Guajira colombiana y venezolana, marcada por la cercanía cultural y las oportunidades que este país le brindó. “Venezuela era la solución más cercana para mi familia”, afirma. Su primer contacto con la televisión fue con canales venezolanos, su primer billete fue el bolívar, y creció con un fuerte sentido de pertenencia a esta tierra.

Un llamado a la justicia social

Desde temprana edad, Orangel se sintió llamado a ayudar a los más vulnerables. Su lucha social lo ha llevado a ser un defensor incansable de las injusticias. “Tengo una conexión especial con los más necesitados, lo que me impulsa a luchar por sus derechos”, confiesa.

La lucha por la superación de obstáculos y la hermandad entre emigrantes ha sido una constante en su vida, esta lucha lo ha llevado a compartir en el movimiento de afrodescendientes de Monagas y lidera la Asociación de Colombianos y Colombianas de Venezuela en la zona oriental del país.

Orangel considera que uno de sus mayores aportes a la comunidad ha sido la superación de dificultades junto a otros migrantes y su participación activa por la hermandad y el mejoramiento de la vida de todos los migrantes en Venezuela.

Un camino hacia la regularización y el progreso

La necesidad de regularizar su situación y la de su familia lo impulsó a buscar asesoría legal para los migrantes indocumentados. Esto lo llevó a convertirse en asistente social y a liderar iniciativas como llenar un autobús de necesitados y movilizarlos hasta Puerto La Cruz.

Su sincero deseo de prosperar y ayudar a otros lo impulsó a estudiar y adquirir herramientas para fortalecer su labor ,aboga por cambiar la percepción de los migrantes como necesitados, enfocándose en sus habilidades y potencial para contribuir a la sociedad.

Enfatiza la importancia de verse como hermanos, con respeto y cariño, entre Colombia y Venezuela.

Orangel expresa su profundo afecto por Venezuela, país que le ha brindado oportunidades y crecimiento personal y profesional. “Vivimos en permanente luto por nuestra tierra natal, pero debemos cambiar la mentalidad de necesitados a colaboradores”, afirma.

Un mensaje de unidad y esperanza

Orangel hace un llamado a la unidad y al respeto entre colombianos y venezolanos. “Debemos vernos como hermanos, querernos y respetarnos como un mismo pueblo”, enfatiza.

Rodríguez es un ejemplo de resiliencia, compromiso social y hermandad entre pueblos. Su historia nos inspira a tender la mano a los más necesitados, a luchar por un futuro mejor y a construir puentes de unión entre culturas. Su legado nos recuerda que la verdadera riqueza reside en la unión, el respeto y la colaboración entre hermanos.

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