Colombia es el segundo país con mayor pobreza de América Latina, según cálculos de la Comisión Económica para América Latina “Cepal”

La pobreza sigue siendo uno de los retos más persistentes en América Latina.

Colombia, es parte de una región marcada por desigualdades sociales y económicas; y, de hecho es el segundo país con mayor población bajo esta problemática.

Según el más reciente informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, al cierre de 2023, más de 172 millones de personas no lograban cubrir sus necesidades básicas en la región.

En un análisis histórico presentado por el secretario general de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, destacó que entre 1990 y 2014, la región experimentó una reducción sostenida y significativa de la pobreza, que pasó de 51,2% a 27,7%.

Este periodo fue una lucha contra la pobreza, logrando casi un punto porcentual de disminución por año durante 24 años consecutivos. Sin embargo, a partir de 2014, esta tendencia se desaceleró considerablemente, e incluso se revirtió en ciertos años como 2019 por el covid-19.

La pandemia de covid-19 intensificó este retroceso, empujando niveles de pobreza extrema en la región a 13% en 2020. Aunque en 2023 este indicador bajo a 10,6%, aún se encuentra por encima de 8,6% registrado en 2014, mostrando que la recuperación ha sido parcial.

En cuanto a la pobreza general, la tasa alcanzó 27,3% en 2023, un nivel apenas inferior al de 2014, pero el más bajo desde que existen registros. La profesora de la Universidad del Rosario, Clara Inés Pardo Martínez, dijo que entre los principales factores de que persista la pobreza en la región son la falta de políticas y estrategias que prevengan el ciclo vicioso.

En el ranking de países con mayores niveles de pobreza, como ya se mencionó, Colombia ocupa el segundo lugar, con más de 30% de su población en esta situación, superado únicamente por Honduras, donde más de la mitad de los habitantes enfrenta obstáculos. Este panorama refleja un retroceso en los avances logrados en años previos, especialmente en el país, donde los niveles han mostrado un aumento desde 2014.

Le siguen en la lista Argentina, México y El Salvador, todos con cifras que evidencian las profundas disparidades económicas de la región. En el caso de México y El Salvador, aunque ocupen el cuarto y quinto lugar, se han registrado importantes disminuciones en la pobreza durante los últimos años.

n América Latina, 27,3% de la población vive en pobreza, una leve mejora frente al 2022, cuando este porcentaje fue de 28,8%. Sin embargo, la Cepal advierte que los avances regionales están altamente influenciados por Brasil, un país cuya población representa un tercio de la región y donde las políticas de protección social no contributiva han sido determinantes para la reducción de la pobreza.

El secretario general de la Cepal, subrayó que “hay dos grandes períodos que marcan la evolución de la pobreza en la región”. Por un lado, la impresionante reducción de la pobreza entre 1990 y 2014. Pero esta tendencia se debilitó desde 2014, con picos de aumento en 2019 y durante la pandemia. Añadió que la alta desigualdad de ingresos, sigue siendo un obstáculo persistente para el desarrollo equitativo.

Según el informe, para 2024 se espera una leve disminución de la pobreza, 0,5 puntos porcentuales, mientras que la pobreza extrema se mantendría en 10,6%. Este avance moderado está limitado por un bajo crecimiento económico proyectado de 1,7%, lo que restringe implementar políticas más agresivas.

Brasil seguirá siendo clave en estadísticas regionales. En 2023, sus políticas sociales contribuyeron a reducir la pobreza, aunque para 2024 su impacto podría ser más limitado.

La Cepal enfatiza que, aunque los avances son positivos, la alta desigualdad en la región sigue siendo un obstáculo, que exige estrategias más integrales y sostenibles.

La Cepal recomienda fortalecer los sistemas de protección social, especialmente los no contributivos, como las transferencias monetarias e inclusión laboral. Pero estos esquemas aún no son suficientes para cubrir las brechas de ingresos necesarias.

La profesora de la U. del Rosario, Clara Inés Pardo dice que se debe “cambiar el modelo productivo y enfocarse en vender valor agregado. Lo cual promueve empleo de calidad, innovación, desarrollo tecnológico y posibilidades de contar con empleo de calidad”.