Argentina venció a Selección Colombia en final de Copa América
Frente a ellos estaban los campeones del mundo con Lionel Messi incluido y terminaron pidiendo tiempo ante la arremetida del fútbol colombiano.
Un gol de Lautaro Martínez en tiempos suplementarios arrebató el título, pero como dijo Francisco Maturana, hoy más que nunca la frase “perder es ganar un poco” está más vigente que nunca. Colombia, con una actuación llena de coraje y talento, no fue inferior al reto.
Frente a ellos estaban los campeones del mundo, con Lionel Messi incluido, y terminaron pidiendo tiempo ante la arremetida del fútbol colombiano.
Desde el inicio, Colombia mostró su determinación. No se dejaron intimidar por el prestigio y la historia del rival. Al contrario, jugaron con la convicción de quienes saben que pueden lograr lo imposible. Los campeones del mundo, acostumbrados a dominar, se vieron forzados a retroceder, a cortar el partido y a hacer tiempo, recurriendo a las habilidades del portero Emiliano “Dibu” Martínez y apostando a los penaltis como su salvación.
Este equipo colombiano, una generación de arrieros berracos, nos hizo volver a creer en una selección que nos había desilusionado al no clasificar al Mundial.
Nos volvieron a enamorar del fútbol, nos hicieron sentir orgullo de nuevo. Lucharon como los últimos de los Mohicanos, incluso contra un arbitraje que les quitó un penalti claro. Pero este bendito pueblo no se rinde. Pese a las dificultades, sigue adelante, con la frente en alto y el corazón lleno de esperanza.
En cada jugada, en cada pase, en cada tiro a puerta, se veía la garra de un equipo que no estaba dispuesto a ceder. Lorenzo, fiel a sus cábalas con su saco y camisa vinotinto, sudaba en la línea lateral, alentando a sus jugadores, sabiendo que estaban haciendo historia. Los millones de colombianos que seguían el partido desde sus hogares, bares y plazas sentían que la victoria era posible. La ilusión de ganar a Argentina se palpaba en el aire, era casi tangible.
La fortaleza de este equipo se vio en cada minuto del partido. Aunque el gol de Lautaro Martínez nos quitó la posibilidad de levantar el trofeo, lo que esta selección nos ha dado va más allá de un título. Nos ha dado fe. Nos ha hecho creer que lo que viene para el fútbol colombiano es prometedor.
Estuvimos muy cerca, faltaron cinco centavos para el peso, pero hoy esta selección hizo que los colombianos recuperaran la fe, no solo en ellos, sino también en el país. No somos los mejores del mundo, pero tampoco los peores. Este equipo nos enseñó a ser equilibrados, a encontrar un balance entre la pasión y la razón, entre la euforia y la calma.
Es cierto que hubo decisiones arbitrales que nos perjudicaron, que nos quitaron dos penaltis claros, pero eso no importa ahora. Lo que importa es que estos muchachos, con su esfuerzo y dedicación, nos dieron una lección de perseverancia y resiliencia. Nos mostraron que, a pesar de las adversidades, siempre hay motivos para seguir adelante, para seguir luchando.
La derrota en el marcador no puede borrar lo que hemos ganado como nación. Esta selección ha sembrado una semilla de esperanza en el corazón de cada colombiano. Nos han demostrado que con trabajo duro y determinación, podemos soñar en grande. Nos han recordado que el fútbol, más que un deporte, es una fuente de unión y orgullo nacional.
Cada miembro de este equipo merece nuestro agradecimiento. Desde los jugadores hasta el cuerpo técnico, pasando por todos aquellos que, de una forma u otra, han contribuido a este viaje. Gracias muchachos, por hacernos creer de nuevo, por devolvernos la fe y la esperanza. Gracias por mostrarnos que, a pesar de todo, siempre podemos levantarnos y seguir adelante.